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ADN • 22 diciembre 2018

La historia de Miguel San Martín: un Pincha en la NASA

Se hizo hincha de Estudiantes por su identificación con el trabajo de Zubeldía, tiene de ídolo a Juan Ramón Verón y participó de cuatro misiones a Marte
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Miguel San Martín nació en Río Negro, aunque se crió en Buenos Aires, donde hizo la secundaria y finalmente emigró a Estados Unidos para estudiar en la universidad. Radicado en tierras norteamericanas desde 1978, es uno de los argentinos que trabaja para la NASA y lleva con orgullo su amor por Estudiantes de La Plata. Un enamorado del intelecto de Don Osvaldo Zubeldía, a quien reconoce como un "científico del deporte" y un "adelantado", y la historia del ingeniero electrónico que tiene como ídolo a la "Bruja" Juan Ramón Verón, en un mano a mano con el Sitio Oficial.

EL ESTUDIANTES DE ZUBELDÍA, EL MOTIVO DE SU AMOR POR EL PINCHA

Su lazo con el club no se tejió por algún fanatismo familiar, ni tampoco por influencias amigas durante su etapa como estudiante en el barrio porteño de Almagro. Miguel era pequeño, a finales de los '60 tenía apenas 8 años cuando el Estudiantes de Zubeldía empezaba a escribir las primeras páginas de una época que marcaría un antes y un después en el club. Un equipo con el que comenzó a identificarse y el incipiente ADN que se metió de lleno en su corazón.

"A finales de los '60 tenía 8 años, cuando Estudiantes hizo su gran salto, ganó el Nacional y después las copas. Mis hermanos eran los que ponían la televisión para ver los partidos y por esas cosas que no se pueden explicar me enamoré de ese equipo de Zubeldía. Yo fui buen estudiante toda mi vida, y ya el nombre de Estudiantes de La Plata me satisfacía, creo que por ahí venía la cuestión. Pero también me gustaba la garra que le ponían, que pelearan todas las pelotas. Además estaba Verón y me daba la sensación que era un equipo que podía hacer lo imposible. Esa mística y ese grupo hicieron que me hiciera de Estudiantes", contó en diálogo con el Sitio Oficial el hombre que ideó ni más ni menos que el sistema de navegación que llevó varias misiones espaciales a Marte, entre ellas la "Mars Science Laboratory", conocida como "Curiosity".

NO TE DECLARES JAMÁS VENCIDO

Ejemplo de esfuerzo, trabajo y firme en sus convicciones, el camino de Miguel para llegar al lugar donde está no fue para nada sencillo. Dejó su país, llegó a Cornell (Estados Unidos) e inició una aventura que estuvo a punto de quedar trunca: tras ser rechazado en la universidad y mentalizado en que el camino no sería de rosas, buscó la ciudad más próxima y siguió adelante con el corazón y el esmero digno de un hincha albirrojo: "Entre que me costaba mucho llenar los formularios, en inglés era un desastre. Apliqué a Cornell y me rechazaron. Ahí casi se termina la aventura, pero me fijé en un mapa cuál era la ciudad más cerca y me tomé el autobús a Syracuse. Les mostré mis notas, mis estudios de cálculo, física y electrónica, que los impresionó e hizo que me dieran la admisión. Eso después me permitió ir a una de las mejores universidades del mundo. Ese fue mi primer gran tropiezo que pudo haber terminado, pero persistí y me salió bien", recordó.

DE INTELECTUALES Y MAESTROS: EL REFLEJO EN EL GRAN DON OSVALDO 

Identificado con el intelecto de Zubeldía, lo considera un "científico del deporte" y un "adelantado", aspectos que le quedaron grabados desde chico y que pondera de alguien a quien reconoce como un maestro del fútbol mundial: "Lo que trajo Zubeldía fue lo intelectual, era un científico del deporte, un adelantado. Yo era muy pequeño para decir que entendía, por eso veía en ese equipo una identificación porque no era improvisación. Hoy, con el tiempo, quedó demostrado. Ahora todos juegan con el offside y todo lo que hacía Zubeldía. Lo terminó adoptando todo el mundo".

EL ESTRATEGA DETRÁS DE LAS MISIONES A MARTE

Así como el trabajo y la dedicación de grandes maestros como Zubeldía y Bilardo llevaron a Estudiantes a lo más alto, Miguel San Martín se convirtió en la mente calculadora detrás de las misiones a Marte que se convirtieron en las "finales del mundo" que representaron enormes desafíos en su carrera. "Estas situaciones no suceden siempre. Jugás la final, tenés el lujo y el placer de hacerlo, y puede que no ocurra en toda tu vida. Ese es el temor, no que te despidan, pero sí profesionalmente de no poder vivir ese momento de triunfo y no tener otra oportunidad. El otro es decepcionar a tus compañeros, a tu familia y a tus amigos, que pusieron el hombro y son parte del sacrificio también. En la NASA nos piden que trabajemos duramente, con honestidad e integridad", aseguró.

EL DÍA QUE VISITÓ EL COUNTRY CLUB DE CITY BELL Y CONOCIÓ A SU ÍDOLO, JUAN RAMÓN VERÓN

"Amigos míos que tienen restaurante en Los Ángeles y son de Trelew tenían un amigo que el hijo jugaba en Estudiantes, que recién empezaba y era muy joven. Ellos sabían que yo era Pincha y me decían que si algún día iba al country me hacían la conexión. Una vez tuve que viajar a La Plata para dar una charla sobre Marte y aproveché para contactarlos. Ese día estábamos ahí, pasó la Bruja Verón y me saqué la foto. Fue una emoción grande para mí porque era fanático y tener la oportunidad de conocerlo en persona fue un sueño de pibe".

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