Nació con una pelota. Así lo cuenta en el comienzo de la charla y completa el cuadro: familia futbolera, con mucho fanatismo del abuelo, su papá, hermanos y demás familiares de su barrio en Lomas de Zamora.
El que cuenta su historia es Jorge Rodríguez, una de las recientes incorporaciones del plantel albirrojo para esta nueva temporada. Todos lo llaman "Corcho". ¿El culpable? Un profe de las juveniles de Banfield que lo bautizó así. "Yo no sabía quién era Corcho Rodríguez, y este profe me preguntó si me podía decir de esa manera y quedó. Hasta en mi casa me dicen así, ya es raro que me llamen por mi nombre".
Su mamá era la encargada de llevar a entrenar a uno de sus hermanos a Banfield. "Mamá no sabía con quién dejarme y yo estaba ahí atrás, siempre con la pelota", recuerda Corcho acerca de sus comienzos en el fútbol. "Un día mi mamá preguntó si me podían poner, más que nada para entretenerme un poco. Me pusieron, después me ficharon y ahí arranqué".
Su formación fue completa en el Taladro: estuvo desde los 6 años, hizo todas las juveniles y debutó en Primera. "Pasé por varios lugares de la cancha. De chico jugué de 8, después de central. Ya en primera jugué de central, lateral y ahora hace dos años de 5. Es un puesto en el que me encuentro cómodo y me gusta".
-Toda la vida en Banfield, ¿por qué decidiste cambiar de club?
A veces hace falta un cambio de aire. Estaba muy bien en Banfield, muy cómodo. Después de tantos años me sentía como en mi casa, pero también sentía que tenía que ir por nuevos desafíos y se presentó Estudiantes que me demostró mucho interés.
-¿Cómo fue ese interés?
Hablaron con mi representante y también conmigo. Demostraron en todo momento las ganas que tenían de que yo esté acá. Eso es importante para un jugador, que le demuestren las ganas y la confianza. Ese fue el puntapié para decidir que quería venir acá.
-Hubo interés de muchos clubes para contratarte...
Está bueno y es lindo saber que te quieren muchos clubes. Yo estaba tranquilo y no quería volverme loco porque a veces empiezan a darse esas situaciones donde uno se desconcentra o deja de entrenar, son cosas que suelen pasar. Pero yo estaba tranquilo y esperando, para tratar de tomar la mejor decisión.
Mario, su papá, falleció hace dos años y era con quien Corcho compartía la pasión por el fútbol. "Me seguía a todos lados, le encantaba. Siempre fue un fanático. Si hacía las cosas bien o mal, me las decía. Me enseñó mucho, me hacía mirar futbol".
Más allá de la pelota y el amor por ella, el legado más importante que le dejó Mario fue el de ser siempre buena persona. "Podés hacer las cosas bien o mal, te podés equivocar o no, te puede ir bien o mal, pero siempre hay que ser buena persona, eso intento hacer siempre".
Hace poco menos de un mes, Corcho cerró su paso por Banfield, jugando ante Boca la final de la copa Diego Maradona. Atrás quedó toda una vida ligada a la institución del sur. El nuevo desafío comenzó sólo diez días atrás, con la llegada a Estudiantes, su nueva casa.
-¿Qué club encontraste?
Estudiantes es un club muy ordenado, con mucha historia. Muy lindo en todos los sentidos. La gente que trabaja acá es muy amable, están en todos los detalles. Al jugador le dan todo y solo tiene que preocuparse por entrenar y jugar.
-¿Cómo ves al cuerpo técnico nuevo?
Un cambio de aire con un entrenador nuevo le hace bien a todo el plantel, está bueno. Ese fue otro de los motivos que sumaron en la decisión y me dieron más ganas de venir.
-¿Qué te pide Zielinski?
Que juegue simple, como lo hacía en Banfield, que es lo mismo que le pide al equipo, jugar simple. Tenemos que ir tomando su idea ir poco a poco. Estamos muy bien, esperemos arrancar de la mejor manera.
-River es un duro rival para el debut.
Es el mejor equipo del país y nos sirve para ver dónde estamos parados y para qué estamos.
