Por la tercera fecha de la CONMEBOL Libertadores, el Pincha despachó con autoridad al equipo brasileño y se adjudicó la punta de su grupo con 7 unidades. Boselli volvió a gritar y alcanzó a Juan Ramón Verón (13) como máximo artillero del club en la historia de la copa.
Lo anticipó Zielinski en la previa, que en la Libertadores no hay rivales más accesibles ni mucho menos. Ni que hablar tratándose de un equipo brasilero. Y así fue nomás. Una primera parte pareja, complicada, en la que la visita se plantó y lo jugó de igual a igual.
Estudiantes, tal como lo hace en cada encuentro, salió centrado en su propuesta, trató de ser agresivo, pero el inteligente sistema que plasmó Bragantino le impidió marcar superioridad en los 45 iniciales.
No profundizó como es habitual con Pellegrini y Castro, tampoco halló en Mas ni Godoy alternativas constantes por las bandas, y la dupla delantera con Boselli y Del Prete lo sintieron. Un desarrollo que dejó equidad en el manejo y también en el resultado con el que se fueron a los vestuarios.
Entre tanta igualdad, la explicación de por qué no terminó arriba la tuvo el palo izquierdo del arquero visitante: tras un tiro de esquina que cabeceó Boselli y despejó Cleiton, Rogel definió y el poste fue el que le negó el grito. Situaciones al margen, la mala noticia en el 0-0 fue la salida de Pellegrini por una dolencia que lo hizo salir por Leandro Díaz.
¿Acaso podría haber otra manera de abrir el partido que no fuera de pelota parada? En absoluto. La infalible, la de la casa, la marca registrada le dio al Pincha el tan esperado gol: Zuqui ejecutó el córner desde la izquierda, Noguera llegó por el fondo y Rogel tuvo revancha, esta vez sí para a los 8’ gritar bien fuerte el 1-0.
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Y cuando abrió el marcador, acto seguido abrió el manual de la efectividad; también el de la contra, para empezar a liquidarlo. Castro la comenzó por derecha, combinó con Díaz y finalmente cayó en los pies de Boselli, el interminable, que sacó a relucir toda su jerarquía y la puso por encima del arquero desde afuera del área para el 2-0.
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Golazo para encaminar la victoria, también para convertirse con este en el máximo artillero del club en la historia de la Copa Libertadores, igualando ni más ni menos que a Juan Ramón Verón con 13 conquistas. Golazo para liderar con autoridad el Grupo C con 7 puntos.
Le bastaron 5’ para hacer del partido un pleito liquidado. Lo ganó por solidez, oportunismo, por buscarlo y ser inteligente. Por saber aprovechar los momentos. Por serle fiel a su identidad. Otro paso al frente para ser punteros y seguir firmes en el objetivo de llegar a octavos de final. La próxima semana (martes a las 21.30), se viene Nacional de Uruguay, en casa.
