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ADN • 20 octubre 2018

"Cocino con el cariño de un hincha"

"Llegué al club hace 10 años y ahora tengo 63. Empecé a cocinar como hobby cuando era chico y siempre digo que Dios me dio el regalo de venir acá porque nunca pensé que iba a ser cocinero. En lo mío trato de dar lo mejor y aportar mi granito de arena. Quiero que esto no termine nunca. Yo tengo dos casas, una es la que tengo con mi familia y después otra que es acá. Para mí es estar en el paraíso", contó Horacio "Peque" Molinari, cocinero del plantel profesional, en un mano a mano imperdible con el Sitio Oficial del club.
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El reloj de la concentración todavía no marca las 10 de la mañana, cuando los jugadores empiezan a salir a la cancha principal para empezar el entrenamiento con el "Chino" Benítez a la cabeza. Mientras, sin botines ni pantalones cortos, pero con el delantal rojo y la remera blanca debajo, Horacio Molinari, más conocido por todos como el "Peque", se prepara en el puesto que mejor se desempeña. Con todos los utensilios listos, el cocinero del plantel pone manos a la obra para tener todo listo para cuando la práctica termine. Querido por todos en el Country, el chef Pincha, el que tiene por especialidad el "pollo deshuesado con romero y verduras", el encargado de cuidar la alimentación del equipo, abre las puertas de la gastronomía del predio de City Bell en un mano a mano imperdible con el Sitio Oficial: su llegada al club, las anécdotas con Sabella, los platos predilectos del Campeón de América 2009, las papas al horno que le gustan a Verón, el día que se negó a cocinarle a Messi y mucho más.

UNA DÉCADA AL FRENTE DE LA COCINA PINCHA

El libro de pases estaba cerrado, Astrada era el entrenador y la plantilla no tenía lugar para más incorporaciones. Sin embargo, en el mercado culinario los fichajes todavía no estaban del todo resueltos. Y allí apareció el último refuerzo para la familia Pincha: fanático de Estudiantes desde la cuna, "Peque" llegó al club para cumplir su sueño y estar en el lugar que él mismo considera su casa: "Llegué al club hace más o menos 10 años y ahora tengo 63. Empecé a cocinar como hobby cuando era chico y siempre digo que Dios me dio el regalo de venir acá porque nunca pensé que iba a ser cocinero. Trabajaba de otra cosa, me quedé sin trabajo y empecé a hacerlo de lo que me gusta, encima en el club del que soy hincha desde chico. Fui socio al minuto gracias a un tío, así que mejor no podía cerrar la ecuación".

"El cocinero que estaba se tuvo que ir, vino mi yerno que es chef, empezó a trabajar acá y me acuerdo que yo siempre le decía cuándo me iba a llevar porque quería conocer a los jugadores. Y de un día para el otro me dijo que si quería agarrar yo porque a él no le daban los tiempos. Ahí empecé y fue algo maravilloso. Conocí a mi ídolo de toda la vida, que es Juan Ramón Verón, y después también a Sebastián y a todos los jugadores", contó en diálogo con el Sitio Oficial.

COCINAR CON EL CARIÑO DEL HINCHA

Cocinar con amor no tiene que ver con comidas gourmet o delicateses, sino conocer a cada uno de los protagonistas y dar lo mejor para que estén a gusto. Y está claro que el maestro de la cocina albirroja no deja detalle librado al azar, ni se le escapa nada a la hora de la preparación. Servir los platos durante la semana y en las concentraciones previas a los partidos forman parte de su labor diaria, una pieza no menor en la preparación del plantel antes de cada compromiso: "Uno va viendo los gustos de cada uno. En estas épocas que hay muchos que dejan las harinas, entonces vas manejando otros menúes y tenés el de cada uno, siempre cocino con el cariño de un hincha; abrazándolos, deseándoles suerte. En lo mío trato de dar lo mejor para que estén bien y aportar mi granito de arena. Acá soy el cocinero, pero mi emoción es cuando voy a la cancha y los veo jugar. Ellos ven lo mío acá y yo veo lo de ellos en el estadio".

EL COUNTRY, SU SEGUNDA CASA: "ES ESTAR EN EL PARAÍSO"

"Lo que más disfruto del día a día es cuando salgo de mi casa y vengo, ir pensando en el camino, entrar acá es maravilloso. Después también estar con mis compañeros de trabajo, que son mis amigos, y con los jugadores, que es lo que uno más quiere. Los días de concentración también, son como el día del hincha, como cuando te preparás el día antes y decís 'mañana voy a la cancha', es igual. Los abrazo, ellos vienen, y las mañanas de los días de partido son terribles, me pongo más nervioso yo que ellos, pero contento de estar", revela el hombre que no quiere ni pensar en el día que le toque "colgar el delantal" y dejar su segunda casa.

"Hay gente, y a mi me pasaba antes, que dice 'uy, tengo que laburar un domingo'. Para mi no, esta acá es estar bien. Y hay quienes piensan 'qué bueno, me falta un año para jubilarme', pero yo pienso al revés, digo 'por ahí dentro de un año y medio no voy a poder estar más acá o sí'. Quiero que esto no termine nunca. Yo tengo dos casas, una es la que tengo con mi familia y después otra que es acá, donde vivo desde las siete de la mañana hasta las tres de la tarde y los días de concentración. Siento el cariño de todos, de los kinesiólogos, los utileros y los jugadores, que es lo más puro que tiene el fútbol. Para mí es estar en el paraíso".

LOS SECRETOS CULINARIOS DEL CAMPEÓN DE AMÉRICA 2009

Detrás de los entrenamientos, la pelota parada, el análisis del rival, el trabajo técnico y táctico de Sabella y compañía, y el inconmensurable trabajo del plantel, el glorioso campeón de América 2009 tuvo otros secretos no tan conocidos, aunque no por eso menos importantes que hicieron al día a día del Estudiantes que alcanzó la gloria en la final ante el Cruzeiro. ¿Cuáles eran, "Peque"? "Hacía una pechuga deshuesada, adentro le ponía panceta ahumada, morrón y queso roquefort. Le ponía la otra tapa, la cocinaba y se servía con papas a la crema. Eso lo hacía el martes y les encantaba, pero... ¡era una bomba!".

El postre no podía faltar y, si bien los players se tenían que cuidar, el resto de la familia albirroja se deleitaba con el plato dulce que incluso viajó en el bolso personal del gran chef rumbo a Belo Horizonte antes de jugar en el Mineirao: "Nosotros hacíamos un arrollado de dulce de leche con pedacitos de chocolate y nueces, siempre el día antes en la concentración a la noche. Por supuesto que los jugadores no, pero lo comían el cuerpo técnico, médico, algún kinesiólogo, y eso fue quedando; más con cómo es Alejandro (Sabella) de cabulero. Cuando fuimos a Brasil hice tres arrollados e imaginate lo que fue en migraciones, los tenía en mi bolso, envueltos en papel aluminio y pensarían que era cualquier cosa, pero ni me lo miraron y por suerte pasaron".

LA ODISEA DE PREPARAR MILANESAS EN DUBAI

Acaso una de las tareas más complejas que le tocó fue en Dubai en el Mundial de Clubes, donde tuvo que estar más de dos horas para explicarle a un cocinero suizo cómo hacer las milanesas para los jugadores: "Cuando vas afuera no te dejan cocinar por los distintos seguros que hay en los hoteles, pero uno tiene que supervisar. En Dubai me tocó un cocinero suizo y tenía un intérprete ecuatoriano, entonces yo me juntaba a las siete de la mañana todos los días y le explicaba lo que quería. ¡Un día estuve dos horas y media para explicarle cómo tenía que hacer milanesas! Lo logramos y estaban todos contentos, salieron bien". Un crack.

LA ANÉCDOTA DE LA CEBOLLA CON SABELLA

"Me acuerdo un día que llegó Alejandro. Él siempre andaba por todos lados en medias y yo estaba cortando cebollas. Yo estudié en lo del Gato Dumas, que te enseñan las técnicas y todo, pero a la vez te dicen que cuando estés en la cocina hay cosas que no las vas a hacer ni loco porque vas a estar corriendo para todos lados. Entonces estaba cortando una cebolla en el fogón sin la tabla, viene Alejandro y me dice '¿por qué no usas una tabla?'. Y yo le dije '¿y vos por que no jugás con líbero?'. 'No te pregunto más nada', me contestó, pero nos abrazamos y nos reímos", recordó entre risas.

BROMAS Y RISAS CON "PACHORRA"

"Alejandro es bárbaro. Él comía sin sal y lo que me quería explicar era que hasta el mes no te va a gustar, pero después le vas a empezar a sentir el gusto a los alimentos. Siempre discutíamos sobre eso. Acá era un amigo, venía, conversaba, siempre tenía algo para decirte. Incluso nosotros fingíamos que nos peleábamos, cuando había algunos jugadores en la cocina, él me decía que estaba cocinando muy picante y yo le decía que no me hinchara; entonces los jugadores levantaban la cabeza y rajaban. Pensarían que se iba a armar despelote y después los dos nos reíamos".

DEL "PEQUE" A VERÓN: "VOS TIRÁ LOS CENTROS QUE LAS PAPAS TE LAS HAGO YO"

Las papas al horno del "Peque" eran uno de los deleites que cautivaban el paladar del presidente Juan Sebastián Verón en su época de jugador y lo siguen siendo al día de hoy. Como buen chef, el secreto de la cocina fue siempre bien resguardado, pese al pedido del ídolo para saber cómo hacerlas: "A Sebastián le gustan las papas al horno. Un día, cuando era jugador, viene y me dice 'enseñame a hacer las papas porque las quiero hacer en mi casa y a mi se me pegan', y le dije 'escuchame una cosa, vos tirá los centros que las papas te las hago yo'. Igual creo que aprendió, él aprende todo".

EL DÍA QUE SE NEGÓ A COCINARLE A MESSI

Corría el año 2011 y se jugaba la Copa América en nuestro país, cuando Verón llegó un día y le pidió al "Peque" que cocinara para "un amigo", aunque al principio sin aclarar para quién. La sorpresa para el cocinero llegó cuando conoció el nombre del comensal y lo primero que atinó, con el corazón Pincha en la mano, fue a responder con un "no" rotundo: "Vino un día cuando se estaba jugando la Copa América y me dijo que necesitaba que fuera a cocinar a su casa porque iba a ir un amigo suyo. Yo nunca había ido, pero me puse contento. Y me dijo '¿sabés quién es, no? Messi'. Y le contesté '¿Messi? ¡Cocinale vos! Encima que nos hizo el gol. Yo no quiero'. Pensé que era una joda, pero a la semana vino y me dijo que al otro día era la comida. Fui, al rato llegó él con el hermano y para mí que Sebastián algo le había dicho porque vino y me abrazó, y le dije '¿qué me abrazás? volá, vos que nos hiciste el gol y encima lo gritaste. Yo estoy acá porque me hizo venir Sebastián'. Al final me regaló una camiseta"

"Después me hicieron sentar al lado de él y Sebastián me hizo sacar una foto con Lionel. Terminó todo bien, pero le aclaré: 'yo te perdono, pero no me olvido eh'. Y así fue la aventura de cocinarle a Messi. Hice unos cabritos al asador y salió bien. Yo en lo mío soy Verón".

LA FINAL DEL MUNDO CONTRA EL MANCHESTER: "TERMINÉ ESCUCHÁNDOLA CON UNA RADIO EN UNA PARROQUIA"

Apenas 13 años tenía Horacio Molinari en 1968, cuando Estudiantes jugó la histórica final contra el Manchester en Old Trafford. Aquel 16 de octubre de la consagración en Inglaterra, el "Peque" lo vivió a la distancia como miles de hinchas que finalmente colmaron las calles para gritar campeón del Mundo, con la particularidad de haber terminado de seguir el partido adentro de ¡una iglesia!: "El día de la final tenía 13 años y me acuerdo que yo vivía en 1 y 59, entonces en el segundo tiempo de ese partido en Inglaterra lo terminé escuchando con una radio portátil, chiquita, en la Parroquia Del Valle en 57 entre 1 y 2. Me senté en el último banco porque estaba sufriendo y no daba más, me quedé quietito por respeto hasta que empecé a sentir las bocinas. Esas cosas no te las saca nadie".

"AL HINCHA LE DIGO QUE SOY UNO DE ELLOS"

"Peque" se siente un hincha más. Si bien tiene la fortuna y el privilegio de estar en el día a día junto a los jugadores, a quienes todo fanático albirrojo desea conocer, no deja de considerarse un simpatizante con amor por el tablón. Cada partido mira la popular con pasión y sabe que, el día de mañana, volverá a alentar desde ese lugar: "Yo al hincha le digo que soy uno de ellos acá, me siento uno de ellos. Tengo 63 años, viví un montón de cosas y el día de mañana volveré a la popular, por supuesto".

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