En el día del cumpleaños de Bilardo, Estudiantes le hizo el mejor regalo al Narigón: venció 1-0 a Everton en UNO, cerró la llave con un global de 2-0 y se metió en la fase de grupos de la CONMEBOL Libertadores.
Sumamente pareja y chata comenzó la primera parte de un encuentro en el que ni uno ni otro logró imponer su juego. Entre el equipo del Ruso Zielinski, que disponía de la ventaja de la ida en Viña del Mar, y la visita que buscaba empatar la serie, ambos se estudiaron en el arranque y estuvieron muy lejos de los arcos.
De a poco, el Pincha empezó a imponerse, con buena circulación aunque errático en el tramo final. Así transitó la media hora inicial, con dos aproximaciones a partir de remates de media distancia de Corcho Rodríguez y Mati Pellegrini, respectivamente, un adelanto de lo que llegaría poco después.
La presión sobre la salida chilena le permitió a Estudiantes romper la monotonía de un choque trabado y por momentos friccionado: a los 32’, Rogel salteó líneas, ganó una pelota en la puerta del área y cuando tuvo a mano al arquero, sacó un derechazo inatajable contra el palo derecho. Golazo para gritarlo bien fuerte en casa. Ventaja fundamental para poner el 1-0 y ampliar el global por dos.
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Más suelto y con mayor confianza. La espalda y el soporte que le dieron el gol en los primeros 45 minutos le permitieron afrontar con soltura un complemento en el que evidenció superioridad, aplomo y jerarquía para controlar las acciones.
Las sociedades empezaron a aparecer, Pellegrini, Del Prete y Zuqui comenzaron a juntarse, y Marinelli ganó peso en ofensiva.Sustentado por una defensa férrea y sólida, los de Zielinski sacaron a relucir la jerarquía y el temple copero en la noche de Libertadores.
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Y si no amplió el resultado fue por mérito del arquero visitante, o bien por la falta de precisión al momento de la estocada final. El paso del tiempo fue el mejor aliado para que corran los minutos, Everton entre en desesperación y arriesgue los últimos intentos, inertes ante un Estudiantes con convicción (sumado a los buenos ingresos de Spetale, Orosco y Castro) y seguridad en sí mismo.
El pitazo final desató el festejo interminable en UNO. Toda la familia albirroja celebró la victoria y la clasificación, ahora sí, a la fase de grupos de la CONMEBOL Libertadores; en la antesala de un nuevo clásico de la ciudad. ¡Abran paso, el tetracampeón de América está en la copa!
