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Fútbol Juvenil • 21 septiembre 2017

El hogar de los futuros leones

La pensión "Edgardo Prátola" es la casa de más de 50 juveniles que sueñan con llegar a la Primera División de Estudiantes y salir campeón. Un lugar en dónde reina el amor y los valores de la Escuela de Estudiantes

"A la gloria no se llega a un camino de rosas", señalaba Osvaldo Zubeldía y, eso, los chicos que juegan en las divisiones juveniles lo tienen en claro. Más aún los que nacieron a cientos o miles de kilómetros de La Plata, ya que deben dejar atrás su tierra y su familia para cumplir su sueño de llegar a la Primera División de Estudiantes.

Es por esto que la Secretaría de Fútbol Amateur se encarga de que cada juvenil que llega al club no le falte nada, y se sienta en el Country Club como en su casa. Al lado de la Concentración del plantel profesional se encuentra la pensión "Edgardo Prátola", un lugar en dónde más de 50 chicos viven como una familia buscando llegar a ser futbolistas vistiendo la camiseta pincharrata.

Todos los que están en la pensión, o pasaron alguna vez, repiten lo mismo: es una familia. Sus compañeros, independientemente de qué categoría sean, son como sus hermanos, y los empleados como sus papás. Si se sienten mal tienen a quién recurrir, y eso es una gran tranquilidad para sus familias que se encuentran lejos.

Oscar Hoyos, Claudia Hoyos, Elizabeth Fernández, Catalina Fernández, Inés Domínguez y Mariana Domínguez son los encargados de que a los chicos de la pensión albirroja no les falte nada. No sólo les preparan la comida, sino que los cuidan cuando están enfermos y están encima de ellos para los que necesiten. Ese cariño brindado es rápidamente retribuido tanto por los chicos como por las familias, que tienen la seguridad de que sus hijos están en buenas manos.

La convivencia entre los integrantes de la pensión es posible gracias a un par de reglas que todos acatan con naturalidad, como lavar sus platos después de comer, levantar la mesa si es turno de la habitación en la que duermo, esperar la comida con calma, entre otras.

El lugar como un hogar, y por eso mismo los jugadores que llegan a Primera nunca se olvidan de lo bien que fueron tratados allí y siempre pasan a saludar. No es sencillo alejarse de la casa y viajar varios kilómetros en soledad para cumplir un sueño, pero en los encargados de la pensión logran que todos los chicos se sientan cómodos y protegidos.

¡A LA ESCUELA!

Todos los chicos que llegan a la pensión de Estudiantes tienen asegurado su educación: a pocos metros, en la entrada del Country Club, se encuentra el Bachillerato para jugadores. La rutina por día es clara: entrenamiento a la mañana, almuerzo en la pensión y escuela por la tarde. Todos los chicos albirrojos tienen en claro que el que "no estudia, no juega".

La escuela, además, es un buen lugar para fortalecer el grupo de cada categoría, ya que a la misma van tanto los que están en la pensión como los que no.

 

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